«Siete y cuarto de la mañana. Un anónimo ciudadano cualquiera se despierta en la cama de su habitación de un minipiso de 25 metros cuadrados en una localidad española de provincias cualquiera gracias al sonido de la alarma de su smartphone. Lo primero que hace –como cada día– es repasar las notificaciones: el tiempo que hará, las últimas noticias de la crisis de refugiados europea, la situación del tráfico en la zona para el trayecto que le permite llegar a su puesto de trabajo, el nuevo fichaje de su equipo favorito de fútbol, las publicaciones de su ex en Facebook, las historias en Instagram de esa chica que le gusta durante sus vacaciones en Ibiza, los mensajes en WhatsApp de su grupo de amigos de la universidad, el último multitudinario flame sobre feminismo en Twitter en el que le han mencionado. Dos vidas convergen en cada uno de nosotros en el siglo XXI, una digital y otra que queramos o no puede depender de ella a muchos niveles, ya sean emocionales, sociales, laborales o mero ocio.»
Visual404 (diciembre de 2017)